martes, 29 de julio de 2008

Desde Epidauros

28julio Epidauros

Hoy me desperté al amanecer. Calma y silencio ideales para mi primer baño.
Una señora en la playita que nadaba tranquilamente, tocada de sombrero muy a la griega. Ningún movimiento aún en los barcos fondeados, ni en el entramado de veleros amarrados al muelle, ni entre los barquitos de pesca.
Un instante fabuloso.

Con la tranquilidad instalada en el cuerpo he estado revisando fotos y recomponiendo mentalmente las vivencias de los últimos días antes de ponerme a escribir, mientras se despertaba el pueblo a mí alrededor. Aquí estoy ahora sintiendo las campanas de la iglesia que tocan las 9 de la mañana con el Fresqui orientado hacia el sol por la brisa del Este.

Dejamos Itea el día 20, navegación en calma absoluta de mar espejo, hasta Kiato, un puerto sin demasiado atractivo en el que hicimos parada por la proximidad a Corinto y que nos sorprendió con un Tenten, hermano gemelo del Fresquito, varado y abandonado pobret, y una playa, oportunamente situada junto al muro, ideal para navegantes a punto de congestión.
Al día siguiente enfilamos tempranito hacia el Canal de Corinto, fue una experiencia emocionante, ilusión y nervios antes de llegar, expectación en la espera sonrientes y dicharacheros, sorprendidos viendo avanzar las paredes a nuestro lado atravesando el pasillo que nos llevaba hasta el Egeo, “¿y por aquí pasan mercantes …?, ¡si parece que puedas tocar las paredes estirando los brazos!”. A la salida por el Este el palo del pago, 126 eurazos, ¡no pasa nada!, (más cuesta una noche de puerto en Formentera en agosto). A media tarde llegábamos a Korfos, en la frondosa costa del Peloponeso, una profunda bahía protegida de todos los vientos, enorme y con poquísimos barcos…a solo 20 millas de Atenas…
En Korfos pasamos unos días agradables y variados, los dos primeros de calma y muchísimo calor, compartiendo historias con una pareja de navegantes mallorquines muy salados, Joan y Margarida del Freelance que llevan una perrita encantadora, la Menuda. Luego llegó el viento fuerte del NW, a media noche del martes, y nos enganchó con el toldo puesto y el motor en la barquita… (los que navegáis sabéis que estas cosas suelen pasar). Pasamos unos días con viento racheado y furioso, pero nos fuimos acostumbrando, apaciguándonos, soltando más cadena cuando subía más el viento y tranquilos porque el lugar es ideal para aguantar una castaña de norte, viene de tierra y no se forma ola.
El viernes salimos derrapando con el viento por la popa, que es un gusto, y volando con solo media génova abierta llegamos a este puerto natural de Palaia Epidauros, del que ya teníamos referencia también por Nuri y Carlos (creo que aquí fue donde Carlos se rompió el menisco). Buscamos un rincón donde fondear, primero en la parte exterior del puerto, en la cala del norte, pero hay una línea de boyas para bañistas que está tan afuera que los fondos son de más de 15 metros y para dormir tranquilos buscamos fondo en la zona del puerto, en la parte sur entre los barcos locales. El pueblito es un laberinto de casitas en la loma, que ha crecido en hoteles para el turismo, sin machacar el paisaje, lo cual es de agradecer. Ayer domingo empezaron a llegar barcos a media tarde y los jefes de flota de charter organizaron una ristra de abarloe a un pequeño muelle de 10m digna de ver…, suerte que esta noche calmó el viento.

Contemplo el mar desde la ventana, el Fresqui tiene un buen mirador hacia el exterior, y la suave ondulación que dibuja el mar me hipnotiza.

Millones de besos llenos de sol.
Itea Corinto
Korfos Epidauros

sábado, 19 de julio de 2008

Cristales de sal

MG Golfos de Patrás y Corinto

El agua de mar por este Golfo de Corinto me dejaba ver pocos microorganismos, seguire insistiendo. Mientras tanto han salido a mi encuentro bonitas formas de los cristales de sal cuando se secan las gotas, a ver que os parece la seleccion de fotos que he colocado en Picasa (pinchar en la foto)

miércoles, 16 de julio de 2008

Sin prisas por el golfo de Corinto

Hoy me conecto con muchas cosas para compartir, aqui van las cartas que he ido escribiendo a ratos en el Fresqui estos días de julio, sin tener conexión a internet, y unas colecciones de fotos que me gustaría os transmitieran nuestras sensaciones (la foto sirve de enlace a Picasa)
Besos
De Trizonia a Itea

ITEA, 10 de julio 2008

Son las 5 de la tarde y cae un sol de justicia, suerte que al menos hoy no sopla el caliente siroco y que el cuerpo se acaba acostumbrando al calor y, como al mal tiempo,…pues buena cara.

Estamos en el puerto de Itea, en una profunda bahía muy cerca de las ruinas de Delfhos y allí que nos fuimos ayer, a recrearnos con los vestigios de nuestra historia. A mi me hace sentir bien la contemplación de los lugares como este, emblemáticos para todo un pueblo, lo mismo me pasó en Chichenitzá en México y, decirme rara, ayer me note en sintonía con todos los que peregrinaron hasta allí a lo largo de los siglos para consultar el oráculo… además las vistas al valle desde todo el camino son espectaculares y los riscos que hacen de telón de fondo me recordaron muchísimo a los de Anguiano…En el museo pensé mucho en mi sobrino Javi que quiere ser escultor y me embelesé contemplando detalles de rostros, cabellos, posturas, movimiento. Reímos con la ocurrencia del Pere que insistía en imaginar el lugar como el Disneyland de la antigüedad, muy ocurrente mi chico.
Fue una buena excursión que completamos con una buena comida y una fantástica siesta, a la sombra, en el pueblito de Kallithea, donde habíamos estado fondeados hace días en ruta desde Trizonia. En nuestro fondeo delante de la playa había un solo velero.
Antes de regresar a Itea fuimos hasta Lepanto, queríamos ver el puerto amurallado y nos sorprendió realmente por su originalidad y por su minúsculo tamaño, imaginamos al Messina allí amarrado y nos acordamos mucho de Nuri y Carlos.
Por el camino fuimos contemplando el mar desde la carretera que bordea la costa, cambia la perspectiva y sobre todo la percepción de las distancias. Y sorprende por lo poco frecuentada que está, aunque tiene rincones protegidos muy agradables, y también por las numerosas calas ocupadas por piscifactorías.
Desde que salimos de Trizonia hemos hecho navegaciones cortas y hemos tenido días de mar en calma y mucho calor, así que baño va y baño viene.
Del fondeo de Anemokambi, un lugar extraño que debió ser fantástico y que ahora está enturbiado por los detritus de las doradas, me quedo con la amabilidad de Lola y Basili, que se encargan de lo que fuera un hotel reconvertido a residencia de trabajadores de una factoría de pescaderías.
Fondeados en Galaxidi nos sorprendió un siroco rabiosillo, entró después de una bajada espectacular del barómetro a la hora de la siesta y nos mantuvo expectantes toda la tarde, pero venía de tierra, sin formar ola y se fue al caer el sol. Como el pueblo nos gustó, una especie de Cadaqués con catedral ortodoxa en lo alto de la loma, al día siguiente nos pasamos al puerto y nos instalamos sin prisa por marchar. Por cierto comimos un pan riquísimo y con una decoración muy original.
En Itea suelen parar todos los navegantes que van hacia Corinto por la proximidad de Delfhos, porque el puerto es grande y protegido, aunque esté sin acabar, porque se puede reponer la despensa en grandes supermercados y cargar gasoil y agua. Por cierto un agua riquísima que valía la pena carretear.
Llegamos a ser ¡10 veleros abarloados!, el de la capitanía estaba estresado…
En la popa del Fresquito un velero francés, el Victoria de Philippe y Bernardette, un Amel Sharki “fantastique”. Ellos viajan también en conserva con amigos, tres veleros de Toulón y anoto aquí la web de la asociación de navegantes en la que reportan sus historias de viajes.
www.ansm-var.com/croisières
Me encantan los encuentros con otros navegantes, a veces fugaces pero siempre intensos.


Ormos Isidhorou, ANDIKIRA 12 de julio

Yo voy escribiendo y no se cuando podré incorporar en el blog lo que voy preparando, será un poco como las cartas “de toda la vida”, con su desfase en el tiempo…
Llegamos ayer desde Itea, una navegadita de 20 millas el día de mi cumple que me sentó verdaderamente bien, una buena manera de estrenar mis bonitos 50.
Feli tuvo la feliz idea de fondear en esta cala que está en la cara sur del puerto, separada por una península tipo Peñón de Ifac, aunque más bajita, con vegetación hasta la playa y con unas aguas cristalinas donde las haya (paréntesis, ustedes disculpen mi error en la historia de la alergia del Chip, cierro paréntesis)
Pues eso, que fue un acierto porque por la tarde fuimos caminando hasta el pueblo y el puerto es minúsculo, con poco espacio para barcos de paso y los fondos de la bahía de más de 20 metros, que no se prestan para fondear tranquilos. Además por la noche ya empezó a insinuarse el viento del norte mientras brindábamos y después de cenar, para dormir tranquilos, volvimos a fondear con el Fresqui aumentando la distancia con el Mascarell, que como se quieren mucho se acercaban buscando tocarse…
Hoy ha amanecido con el viento racheado y aquí se está de maravilla, buen fondo, buenas anclas, muchos metros de cadena, ventilados y maravillados de estar en un lugar tan bonito y tan poco frecuentado por los miles de barcos que navegan por Grecia.


Itea 16 de julio

Regresamos a Itea después de unos días fantásticos en O. Isidhorou. Feli y Joan esperaban hoy a unos amigos, que vienen a pasar unos días con ellos en el Mascarell, y nosotros nos apuntamos a unos días de puerto para cambiar las baterías del Fresqui, que empezaban a flojear y dependemos demasiado de ellas como para no darle importancia. Además el informático de la casa tiene faena, maravillas de internet y clientes contentos.
Yo aprovecho para actualizar el blog y contaros que seguimos encantados de la vida.
Felicidades a las Cármenes desde aquí y gracias a todos los que pensásteis en mi el día de mi cumple.
Navegando Itea Andikirón Itea